Ciudad Celina, el nuevo polo de venta informal de ropa que salió a competir con La Salada y la avenida Avellaneda

Con la mudanza de los talleres la venta de propiedades hasta en 750 mil dólares para instalar galerías y locales comerciales, la zona dejó de ser residencial para transformarse en un polo de venta de indumentaria. Los altos alquileres de Flores, el principal motivo de la relocalización

CIUDAD CELINA

El auge comercial ha sorprendido a propios y extraños. Lo que una vez fue una zona residencial tranquila ha experimentado una explosión económica notable, compitiendo con reconocidos centros comerciales como Once, Flores y La Salada en la venta de ropa minorista y telas al por mayor.

El crecimiento repentino se evidencia en la proliferación de galerías comerciales con más de 130 locales, junto con la apertura masiva de tiendas de ropa por toda la zona. Los fines de semana, la afluencia de compradores provenientes tanto de la Ciudad de Buenos Aires como de la Provincia se incrementa notablemente, atraídos por los precios competitivos y la variedad de productos disponibles.

Olavarría, epicentro de esta transformación comercial, ha sido testigo de un aumento significativo en la venta de propiedades, con valores que superan la media de zonas más tradicionalmente prósperas como San Isidro o Pilar. Este boom inmobiliario se atribuye en gran medida al traslado de talleres textiles clandestinos a la zona, aprovechando la cercanía a la autopista Ricchieri y una población predominantemente dedicada a la costura, en su mayoría de origen boliviano.

Empresas mayoristas de telas y mercerías han seguido la tendencia, abriendo sucursales en Villa Celina para estar más cerca de los talleres textiles y aprovechar la creciente demanda. A pesar de este florecimiento comercial, algunos desafíos persisten, como la dificultad para encontrar empleados dispuestos a trabajar en los negocios locales, una situación atribuida en parte a los planes de asistencia social que desincentivan la búsqueda de empleo.

El aumento en la actividad comercial ha llevado a la apertura de grandes galerías comerciales, como el shopping Viva Celina y el Centro Comercial Copacabana, que rivalizan en tamaño con los establecimientos de otras zonas renombradas de la ciudad. Este desarrollo ha generado una especie de "nueva Celina", con un incremento significativo en la cantidad de propiedades en venta y precios que reflejan la creciente demanda.

Sin embargo, este auge comercial no está exento de desafíos. La falta de regulación y control ha dado lugar a un crecimiento desordenado, con una proliferación de talleres textiles clandestinos y una infraestructura insuficiente para soportar el aumento del tráfico y la población. La ausencia de controles laborales efectivos ha llevado a situaciones de explotación laboral, evidenciadas en recientes operativos de rescate de trabajadores.

A pesar de estos desafíos, la comunidad local ve el potencial de Villa Celina como un polo industrial textil en crecimiento. La autogestión y el espíritu emprendedor han sido fundamentales en este proceso de transformación, pero se espera una mayor intervención del Estado para abordar problemas como la seguridad, la contaminación y la falta de infraestructura básica. En última instancia, el futuro de Villa Celina como centro comercial depende en gran medida de cómo se gestionen estos desafíos y se aprovechen las oportunidades de crecimiento sostenible.

Se instalaron negocios de venta informal de ropa que compite con Once, Flores y La Salada (Foto: Mercedes Ninci)

Daiana Gutiérrez, una vecina que conoce la zona, cuenta cómo se inició el nuevo polo de venta de indumentaria (Foto: Mercedes Ninci)

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